Juan Carlos Urrutia

Es una obra en proceso cuya concreción está en estrecha correspondencia a la continuidad o término de la coyuntura sobre los derechos humanos vinculados al escenario medioambiental. Parte de un gesto simple pero persistente: dibujar la silueta de una rosa (como señal de luto) el mismo número de veces que el de las víctimas declaradas. Así, lo imperceptible adquiere forma de denuncia o señalamiento directo de esa violencia ejercida sobre cada protector/a, activista, líder o defensor/a medioambiental asesinado/a.

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La idea de repetición deviene como una suerte de oración y busca visibilizar tanto la insistencia del crimen como el sistemático silenciamiento social y político. Es por ello que la lectura conjunta de todas las partes constituye el sentido de unidad al tiempo que visibiliza -de una manera cruda y poética- la esperanza que reposa en el esfuerzo de quienes se han sacrificado en el proceso de resistencia y reivindicación del medioambiente.